Esta marca oscura y estirada es la última cicatriz de impacto de Júpiter, un penacho de restos creado mientras un pequeño asteroide o un cometa se desintegraba tras zambullirse en el interior de la atmósfera del gigante gaseoso.
Localizada en la región polar sur de Júpiter, la nueva característica fue descubierta por el astronómo aficionado australiano Anthony Wesley el 19 de julio. El 23 de julio, el descubrimiento de Wesley fue seguido por el Telescopio Espacial Hubble con su recientemente instalada Wide Field Camera 3 (NT: Cámara de Amplio Campo), creando esta definidísima imagen del penacho de restos en evolución.
Las estimaciones señalan que el objeto que impactó tenía varios centenares de metros de diámetro.
Marcas semejantes de impacto fueron creadas cuando pedazos del Cometa Shoemaker-Levy 9 penetró con violencia en las bandas nubosas de Júpiter en julio de 1994.