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Estas bacterias podrían sobrevivir en otro planeta.
En un laboratorio de la Tierra, Deinococcus radiodurans (D. rad) sobrevive a niveles extremos de radiación, temperaturas extremas, deshidratación, y exposición a compuestos genotóxicos.
Sorprendentemente, tienen incluso la habilidad de reparar su propio ADN, normalmente en menos de 48 horas
Conocidas como extremófilos, bacterias como D. rad resultan de interés para la NASA en parte porque podrían ser adaptadas para ayudar a los astronautas humanos a sobrevivir en otros mundos.
Un mapa reciente del ADN de D. rad podría permitir a los biólogos incrementar sus habilidades de supervivencia con la habilidad de producir medicinas, limpiar agua, y oxigenar.
De hecho ya han sido modificadas genéticamente para ayudar en la limpieza de vertidos de mercurio tóxico.
Al parecer una superviviente de las más antiguas formas de vida, D. rad fue descubierta por accidente en la década de 1950 cuando científicos que investigaban técnicas de conservación de alimentos no pudieron eliminarla sin dificultad.
En la imagen de arriba, Deinococcus radiodurans crece tranquilamente sobre un plato.